Es evidente que el turismo incorpora de forma inherente, en mayor o menor grado, unas inquietudes culturales, de conocer cosas diferentes y entrar en contacto con realidades y entornos distintos de los que nos rodean de forma cotidiana. La oferta turística que se promociona bajo la etiqueta de “turismo cultural” no es más que una propuesta que quiere atender la demanda de aquel turista que tiene esas inquietudes más acusadas. Que tiene el componente cultural como elemento motivador y central de sus viajes. Cuanto más específico es ese interés cultural por un determinado tema, hay que ofrecer productos turísticos más especializados que satisfagan esos nichos. El turismo industrial es uno de esos nichos que, promovido como tal desde hace relativamente poco tiempo, tiene un gran potencial y, en estos momentos, se encuentra en un momento de proyección y rápido crecimiento.
El turismo industrial nos permite conocer la evolución tecnológica y de los sistemas productivos, desde la pre-industrialización hasta los actuales centros de investigación y desarrollo. En su vertiente más patrimonioal o histórico nos acerca a los impresionantes espacios de la revolución industrial, nos permite conocer y entender la historia contemporánea en que se desarrolló y ser conscientes de los cambios económicos, sociales, urbanísticos y culturales que ésta comportó.
Pero, el turismo industrial también incluye la posibilidad de visitar empresas actualmente en activo. Esta propuesta, en un sector concreto como es el vitivinícola incluso ha llegado a dar pie a un nombre específico: el enoturismo. No obstante, de la misma manera que podemos visitar una bodega, también podemos visitar empresas de distintos sectores que pueden suscitar el interés del público en general o de algunos públicos específicos, como son el profesional, el sector educativo, MICE, etc.
Así pues, el turismo industrial es un magnífico recurso para poner en valor el patrimonioo industrial arqueológico e histórico, y también para crear sinergias entre el tejido productivo actual de un territorio y la industria turística, siendo para las empresas que abren sus puertas a los visitantes una magnífica y eficaz herramienta de marketing, al tiempo que suponen el incremento de la oferta turística en cuyos destinos se encuentran.
El turismo industrial es, pues, una verdadera oportunidad para generar una actividad turística en poblaciones y zonas no tradicionalmente turísticas, pero también sirve para dar una oferta complementaria de calidad y desestacionalizar aquellos destinos turísticos ya consolidados.
En El Generador somos especialistas en turismo industrial. Por eso, si observáis nuestros apartados “Quienes somos” y “Qué hacemos”, entenderéis porque podemos ofreceros –con el aval de nuestra experiencia- la carta de servicios siguiente:
